Menú Cerrar

Vivir «Low Cost»

Artículo escrito por Frank Fernández de Swim and Coach.

Desde que en 1997 compañías aéreas irrumpen con fuerza en el mercado bajo el lema “compañías low cost” y a estas se les unen las grandes superficies de consumo con los “hard discount”, ambos impulsados por la crisis económica, se genera una corriente en la que empezamos a cuestionar la frase “relación calidad-precio”.

Barato Low Cost
Vivir del barato y low cost (flickr.com/photos/davidcmg/2838874555)

Los precios se convierten en la clave para el éxito de los productos, el buscar las “gangas” ya no es exclusivo de los que no pueden permitirse gastar más de la cuenta sino que se convierte en el deporte nacional. Outlets, venta on-line, proveedores de entradas, billetes, hoteles, restaurantes a un precio muy económico, toda clase de “inventos” para hacer ahorrar al consumidor unos cuantos euros…

El comprar barato ya no es una opción sino una actitud, aquellos que logren comprar el mismo artículo aún más barato se tornan en seres avispados e inteligentes (como lo muestran algunos anuncios de TV donde el que paga más es el menos inteligente), una nueva moda está llegando a nosotros: “cheap and chic: barato y elegante”.

La verdad es que para que una empresa, negocio, artículo, servicio tenga éxito debe conseguir que el cliente o usuario tenga la sensación de que está pagando lo justo por el servicio que se le está ofreciendo. Cuando “las vacas eran gordas” mirábamos menos a la hora de gastar pero ahora hemos pasado a renunciar a ese consumismo del que hacíamos gala para poder tener un colchón por si…

La pregunta es, ¿hasta dónde llegará todo esto? (Quien tenga la respuesta se la puede enviar al ministro de economía que le hará un gran favor). Hemos hablado mucho de la gestión del cambio y ahora estamos asistiendo a la gestión del precio, debemos entrar en la fase donde deberemos renunciar a algunos servicios, comodidades y ajustarnos a aquello que nos ofrecen por menos dinero pero, ¿seremos capaces?, ¿nuestro carácter latino nos permitirá conformarnos con menos acostumbrados a ser tan exigentes con todo?.

Recordemos que es cierto que ahora los billetes son más baratos pero, ¿desde dónde sale el vuelo?, ¿cuántas maletas puedo llevar?, ¿dan algo de comer en el avión?, ¿a quién me dirijo si tengo que reclamar?. Como vemos todo tiene sus inconvenientes.

“Las compañías aéreas acumulan en la ACC (Agencia Catalana del Consumo) más de 1.700 reclamaciones que corresponden a los 7 primeros meses del año…” (Publicado en La Vanguardia.com el 14/9)

La decisión de mirar el dinero a la hora de gastarlo es de cada uno de nosotros y somos nosotros los que sabemos hasta dónde podemos gastar, lo que debemos saber y conocer es que gastando según que cantidades obtendremos aquello proporcional al gasto y tenemos que ser consecuentes que la frase “como yo pago yo mando” va a ir quedando aparcada en el ostracismo, ya que la máquina que le estará atendiendo no será capaz de entender a qué se refiere…

Muchos de los que trabajamos en servicios nos preguntamos que pasará cuando nuestras ciudades estén plagadas de gente que ofrece lo mismo que nosotros por menos precio, aunque deberíamos aclarar lo de “que ofrecen lo mismo que nosotros”. Poniendo de ejemplo un club deportivo, una óptica, una outlet de ropa, nos encontramos que en los negocios “low cost” se ofrece el producto a menor precio aunque no ofrecen lo mismo que nosotros: atención personalizada, calidad emocional, profesionales especializados, y todo lo relacionado con las personas. Si el cliente sólo busca el producto sin importarle que el que se le ofrece sabe de lo que está hablando, que si le sale malo no sepa a dónde reclamar o simplemente le da igual como lo traten está claro que tenemos poco que hacer ya que los negocios low cost no se caracterizan por esas características sino por el término “No frills” (Se eliminan las florituras y adornos).

Hoy en día puedes estar en un club deportivo por menos de 20€, tener un par de gafas de marca por menos de 100€, unos pantalones de marca por la mitad de su valor y cortarte el pelo por 5€ pero, ¿estás dispuesto a renunciar a lo que estabas acostumbrado?. Nos hemos caracterizado por ser exigentes, reclamar nuestros derechos, querer que nos traten bien y nos atiendan correctamente y hay que decir que con esos precios es imposible pagar a un personal capacitado para ofrecer todo eso.

La otra parte es que la sociedad que viene, los adolescentes y jóvenes, representan la sociedad de la tecnología, de no sentirse atados hacia algo, a los que cambian de compañía telefónica cada X meses, de proveedor de Internet y de lugares sociales en cuanto encuentran algo más barato ya que han crecido inmersos en una crisis económica y han aprendido a vivir con lo que les damos, no han tenido, la mayoría, grandes problemas para salir adelante ya que nos hemos encargado de darles todo aquello que necesitaban. Esta lectura nos lleva a que serán personas, es un pensamiento propio, que no tendrán la necesidad de fidelizar con una marca, a ir siempre al mismo club deportivo, incluso a ir de tiendas ya que podrán comprar on-line…

Creo que la nueva sociedad le dará menos valor a la personalización de servicios, a la amabilidad, a la atención y sí al precio con lo cual… creo que viviremos rodeados de negocios “low cost”, supermercados descuento, tiendas on-line y todo aquellos que represente la cultura del precio.

Amigos sólo nos queda… ¡reinventarnos!, bueno y confiar en que las nuevas generaciones serán capaces de salir adelante en un mundo que se prevé más competitivo, más voraz y que no esperará a nadie que no pueda seguir su constantes cambios.

Escrito por: Frank Fernández
Especializado en Coaching, Pnl, Inteligencia emocional.
www.swimandcoach.jimdo.com

2 pensamientos en “Vivir «Low Cost»

  1. Alberto

    Tambien opino lo mismo que si existen estos negocios es porque nosotros no hemos sabido «cerrar» la puerta. Ahora nos toca currar el doble para seguir ganando lo mismo o menos, no tenemos cultura de pais y todo lo de fuera nos parece mejor. Que pena que el articulo tenga tanta razón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.