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La Evolución de los Termómetros para Niños

Si tienes niños pequeños, entonces conoces la pesadilla más temida de todos los padres: La Fiebre.

Sí, la fiebre. Todos conocemos los riesgos de una súbita alza en la temperatura de los más pequeños y las fatales consecuencias que pueden traer a la evolución de  su salud.

Aunque a todos los niños les de fiebre de vez en cuando y aunque nos digan que la fiebre indica que el cuerpo está combatiendo posibles infecciones y que todo está bien; sólo basta que nuestro pequeño se encuentre caliente, llorando y visiblemente enrojecido para que nuestras alarmas se disparen y tomemos acción inmediata en busca del termómetro.

Los Termómetros de Antes

Entonces corremos asustados a buscar entre las innumerables cajas de termómetros que nos regalaron en el baby shower, para darnos cuenta de que tenemos más tipos de termómetros de los que sabemos usar:  oral, temporal, rectal, timpánico y axilar.

Por supuesto, que no sabemos ni por dónde empezar y de una extraña manera empezamos a recordar a nuestros padres poniéndonos el único termómetro que realmente conocimos y que involucra vidrio, una incómoda postura debajo de la lengua y la potencialmente mortal carga de mercurio que justamente señala la temperatura.

La Evolución Digital

Tenemos muchas cosas que reprocharle a esta era digital, pero los termómetros digitales, no son una de ellas. De hecho,  desde su incorporación al mercado han sido de gran ayuda con sus pantallas digitales, miden la temperatura en grados fahrenheit y celsius, y son portátiles.

Pero como en todo, existen ciertos desafíos a la hora de utilizarlos, como el hecho de que el niño deba quedarse quieto para que se de la lectura (ya sabemos el reto que eso implica; y más en una situación de malestar); o que en ocasiones la temperatura que reflejan no es del todo confiable.

Niños y Padres Felices con Tucky

Pensando en todas estas cosas, ha llegado «Tucky»  un termómetro inteligente en forma de parche flexible y cómodo que nos permite monitorear la temperatura de nuestros hijos  en tiempo real y transmitirla al teléfono de los padres, a través de una aplicación. Además controla la posición del bebé mientras duerme y la muestra con un ícono, para asegurarnos que no está durmiendo en una posición comprometedora.

Se puede utilizar en niños desde 0 hasta los 7 años, se coloca de manera sencilla con un adhesivo en la axila del bebé, e inmediatamente empieza a recoger datos sobre su temperatura y nos informará si la misma sube o se eleva en cualquier momento de la noche (guarda el historial de la temperatura en forma de gráficos). Igualmente, transmite una alarma si el bebé se encuentra boca abajo. Lo que se traduce en noches más tranquilas para todos.

Si tienen más de un hijo, no es problema, de hecho se pueden crear perfiles para cada niño y adicionar toda la información de su historial médico y guardarla en la nube para tener fácil acceso desde cualquier lugar.

!Atrás quedaron los días en los que tomarle la temperatura a nuestros pequeños era una pesadilla!

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