La Gestión del Cambio: ¿Problema u Oportunidad?

Artículo escrito por Frank Fernández de Swim & Coach.

En el último congreso internacional de Manegement en Barcelona todos los ponentes coincidieron en una cosa: “La actual sociedad nos obliga al cambio continuo”.

Vivimos en el tiempo del cambio, de la flexibilidad, la polivalencia, debemos convertirnos en seres “camaleónicos” para poder adaptarnos al continuo cambio del entorno, a no dejar que la vida nos empuje hacia fuera de la rueda y nos quedemos en los últimos vagones del tren porque si existiera el riesgo de tener que deshacerse de un peso excesivo siempre desengancharían los últimos vagones…

El problema es cuando nos preguntamos cómo poder quedarnos en los vagones de cabeza, qué podemos hacer para adaptarnos a tantos cambios continuos sin morir en el intento y cuándo podremos por fin relajarnos minimamente. Podemos extrapolar todas las áreas de la vida (áreas entendidas como vida personal, profesional, familiar, etc…) el funcionamiento de la gestión o claves para garantizarnos el éxito.

Tomando como modelo la situación socio/económica iremos tejiendo paralelismos e hilos conductores que nos llevarán a una conclusión final. ¿Qué es gestionar los cambios? O dicho de otra manera, ¿cómo podemos quedarnos en los vagones de cabeza?.

Gestión del cambio

La gestión del cambio no consiste en implantar nuevos modelos de gestión sino en aprovechar los cambios que se producen para mejorar lo ya existente o captar herramientas para anticiparnos a posibles nuevos cambios. Socialmente vivimos en continuo cambio empezando por la familia, nuevas situaciones en los senos familiares debido al incremento de separaciones, madres solteras, matrimonios del mismo sexo, que hacen que la visión de las personas sufran cambios en lo que hasta la fecha entendíamos como núcleos familiares. Estamos en plena era de la tecnología donde abundan y triunfan las redes sociales, los estudios on-line, los servicios a través de la web.

No debemos ver impedimentos o problemáticas en todo ellos sino saber recoger todo lo positivo que esos cambios nos pueden ofrecer y nutrirnos de ellos para seguir creciendo como personas. El problema es cuando la vida avanza más rápido que nosotros porque nos anclamos en buscar soluciones a esos avances (yo le llamo “poner palos a las ruedas”) en vez de abrir nuestra mente y absorber el impacto para poder asimilar nuevos conceptos y hacerlos nuestros.

Hay sectores o empresas que están llevando mejor la situación económica que otras, que han sabido ver la oportunidad sobre la dificultad y se han mostrado más flexibles y han entendido el mensaje que la sociedad lanzaba.

A las empresas ya no sólo les vale cumplir con los compromisos sino que deberán ser excelentes en ese cumplimiento y flexibles en la negociación, en esta época es lo que toca al contrario de otras en la que la situación era más boyante y han podido aumentar exponencialmente sus beneficios.

En Cataluña hay un dicho sobre la empresa familiar (es una de las comunidades con más negocios familiares o pymes): “La empresa la funda el abuelo, la dirige el padre y la hunde el hijo”. Sobran las palabras, porque cuando el río suena agua lleva… La mayoría de empresas familiares son claro ejemplo del hermetismo a lo externo, han sido dirigidas normalmente por los mismos miembros los cuales desempeñaban todas las funciones directivas, gerenciales, administrativas limitando esta situación su enfoque objetivo del desarrollo del negocio. En estas situaciones se debería haber leído la situación actual abriendo las puertas a gestores externos que aportaran nuevas ideas, nuevos proyectos, aire fresco. Gestores que primaran la eficiencia a la eficacia, el desarrollo profesional al resultado rápido y caduco en el tiempo. Hay que confiar en los nuevos directivos, gestores, los cuales aportan nuevas cosas a las empresas y confiar que la metodología de ensayo-error no es equivocada y a raíz de ella podemos encontrar oportunidades para nuestros negocios pero siendo conscientes que los resultados pueden no ser inmediatos pero si más duraderos en el tiempo.

Adentrándose en el sector de los clubs deportivos nos encontraremos con este tipo de direcciones, clubs con un aval de muchos años en el sector, que siempre han huido de la manera de trabajar de las grandes cadenas, de los macro-gimnasios, y se han excusado en su fidelidad a su idea. Totalmente respetable hasta que llegan tiempos difíciles, no es inteligente enrocarse en una postura mientras vemos que nuestro número de socios sigue bajando, mientras las clases se vacían y nuestro personal entra en un estado emocional conocido como “apatía”. Hay que conocer qué sucede a nuestro alrededor, cómo se trabaja en nuestros competidores y cuándo debemos empezar a gestionar cambios dentro de nuestra instalación.

Hay muchas maneras de gestionar cambios y no todas se centran en gastarse grandes cantidades de dineros en mejorar instalaciones, comprar nuevas máquinas… El primer paso sería abrir nuestra puerta a una bocanada de aire fresco que puede ser en forma de asesor, director, gerente que estudie nuestro proyecto y nos conduzca a un nuevo camino que nos llevará a finalizar con éxito ese cambio. A veces hay que dejar el orgullo a un lado y reconocer que hay muchas cosas buenas en nuestros competidores y que tal vez las podamos adaptar a nuestro negocio a escala funcional. Tal vez algunos servicios que eran extraordinarios deberán pasar a formar parte de los servicios que nuestro socios tiene derecho a pagar la cuota (plataformas, implementos funcionales) o aquellos que en su día implementamos en nuestra instalación esperando unos resultados y a día de hoy siguen acumulando horas de desuso en una esquina de la instalación, ¿porqué no dar a nuestros socios el derecho de usarlos gratis? Eso nos puede reportar que otra gente se apunte a nuestro club por tener ese servicio incluido en la cuota.

Uno de los recursos para los cambios es adaptarse a nuestro entorno, especializarnos en un nicho de mercado, implementar servicios que no nos supongan un coste añadido y todo eso está en la cabeza de muchas personas que se han preparado para ello y con lo que se deben contar. Debemos saber que el mayor capital de cualquier empresa es el capital humano y eso ya lo tenemos dentro de nuestra organización, empresa, club,…

¿Qué tal unas formaciones en coaching, inteligencia emocional, motivación de equipos para desarrollar el potencial de los trabajadores? ¿Nos hemos preguntado alguna vez si dentro de la organización poseemos a alguien con liderazgo? ¿Hemos dado la oportunidad a personas de nuestro entorno a participar en nuestros proyectos? ¿Creemos que invertir en máquinas es más importante que invertir en personas?.  Aquellas organizaciones que consigan motivar, potenciar, lograr compromiso con sus trabajadores iniciará el mayor cambio en positivo que jamás logre alcanzar a imaginar.

Un dato curioso: El 45% de trabajadores no está a gusto en su empresa pero tan sólo un 8% está buscando cambiar. ¿Queremos seguir teniendo gente a nuestro alrededor sin compromiso ninguno hacia nuestro proyecto?.

Volviendo al congreso internacional del manegement una de las palabras más repetidas por los ponentes fue “Coaching”… es un recurso importante hoy en día en las empresas, los estudios lo avalan, la mejora de resultados es tangible y es alcanzable fácilmente. Los líderes de organizaciones deben tener una parte importante de todo lo que inculca esta disciplina: asertividad, empatía, proactividad, motivación, potenciación, compromiso…

Y para acabar aunque podríamos seguir líneas y líneas a la pregunta cuándo podremos relajarnos… la respuesta es fácil: “Nunca” y eso no es negativo porque nos mantendrá despiertos para absorber todos los cambios que la vida nos envía y podremos estar en los vagones de cabeza.

Artículo escrito por Frank Fernández de Swim & Coach.