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Feng Shui y Energía Vital

El Feng Shui es un antiguo método chino utilizado en el diseño de casas, ciudades e interiores. Podríamos definirlo como el arte de la colocación y de la fluidez. Su traducción literal es “viento” (feng) y “agua” (shui) y su objetivo es lograr que el movimiento de la energía (chi) que existe en nosotros y en nuestro entorno se maximice y esté en armonía para beneficiar nuestra salud, nuestro trabajo, nuestras relaciones y, en general, todos los aspectos de la vida. De hecho, si somos un poco receptivos a las sensaciones, a veces podemos llegar a percibir la energía del lugar en el que estamos: podemos sentir que el lugar está “cargado”, o que hay mucha densidad en el ambiente o, por el contrario, podemos percibir la frescura y las buenas vibraciones al entrar en una sala o una casa.

dormitorio feng shui
Armonía y frescura en el hogar a través del feng shui

Según la filosofía del feng shui, nuestros cuerpos se nutren no sólo de aire y agua sino también de energía chi (ying yang). Todo el mundo tiene un campo energético (energía electromagnética) que se mueve dentro y fuera del cuerpo extendiéndose más allá de nuestra piel entre 10 cm y 1 metro, dependiendo del estado en que se encuentre la persona. Si esa energía está de algún modo bloqueada, débil o mal encauzada puede perjudicar a la salud, la creatividad, las relaciones personales, el dinero o el trabajo. Por ello, los especialistas en feng shui afirman que este método puede aplicarse tanto desde un punto de vista “terapéutico” – para resolver problemas ya existentes en el hogar o el trabajo – pero también de forma preventiva, para mejorar la atmósfera de un determinado lugar.

El feng shui utiliza los cinco elementos (tierra, agua, fuego, metal y madera), símbolos de animales, los puntos cardinales, colores, números, velas, espejos, cristales, flores frescas, sal marina, relojes, iluminación, plantas y campanillas de viento, entre otras herramientas. El objetivo es colocar todos esos elementos de la mejor forma posible para potenciar la energía del lugar en cuestión o para resolver alguna dificultad, como el insomnio o las relaciones familiares o laborales. A modo de ejemplo, según el feng shui los espejos sirven para reorientar y mantener la energía en movimiento, siendo ideales para habitaciones oscuras, pequeñas o estrechas, no siendo recomendable colocarlos frente a puertas, ventanas u otros espejos y, aunque parezca contradictorio, tampoco en la habitación ni delante de la cama.

Las aplicaciones y técnicas del feng shui son numerosas y variadas, no pudiendo abarcar aquí más que una pequeña pincelada. Existen multitud de libros y guías sobre el tema para aquellos que tengan curiosidad por conocer más.

Y para los que ya lo hayan probado, ¿alguien se anima a compartir su experiencia?.

Fuente: “El libro del feng shui. Proyectos sencillos para una vida mejor”. Simon Brown. Editorial Vergara.
Imagen: jardinplantas.com

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