Un reciente estudio elaborado por dermatólogos de la Universidad de Nantes (Francia) y difundido por BBC Mundo afirma que el estrés en el terreno laboral hace a las mujeres más sensibles a las erupciones cutáneas. El hecho de que las mujeres trabajen bajo presión hace que su organismo libere hormonas masculinas que, a su vez, provocan la producción de más grasa, obstruyendo los poros. El informe añade que en comparación con los hombres, las mujeres son hasta tres veces más proclives a sufrir acné debido a su tipo de piel, la cual es más sensible a la acción que las hormonas masculinas tienen sobre las glándulas sebáceas. Ello se debe, en parte, a los cambios hormonales que sufren las mujeres a lo largo de todo el ciclo menstrual.
El referido estudio, además, diferencia entre el acné adolescente y las erupciones cutáneas en la edad adulta. La principal diferencia radica en que hasta los 20 años las irritaciones dérmicas se concentran en la llamada ‘zona T’ (mentón, nariz, frente) mientras que las mujeres que se acercan a la treintena sufren erupciones de carácter cístico, localizadas más profundamente en la piel. «No existe una cura para el acné«, ha explicado a la televisión pública británica Deborah Mason, de la Asociación de Dermatólogos Británicos. «Aunque los tratamientos existentes pueden ser muy efectivos para impedir la formación de nuevos quistes y cicatrices», concluye.
La higiene diaria es básica. Utilizar, por ejemplo, jabón natural de caléndula acompañado de un algodón para efectuar una limpieza profunda ayudará a mantener la piel limpia y libre de impurezas, a la vez que ayudará a reducir las cicatrices y los granos, dadas las propiedades antiinflamatorias y calmantes que posee. Una alimentación equilibrada y un buen descanso ayudarán a mantener la piel luminosa y con vida.
Fuente: “Vida”. La Vanguardia 29/11/2011
Imagen: zayramo.com
gracias, son muy interesantes sus temas y de gran ayuda.