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¿Qué Tipo de Agua Consumes?

El agua potable es aquella que puede ser consumida sin riesgo alguno para la salud. Se define como inodora, incolora e insípida. No obstante y pese a esas características generales existen diferentes tipos de agua en función de su composición, manipulación y procedencia que le pueden otorgar sabores y aromas distintos. Basta con abrir el grifo para comprobar que esa agua tiene un olor peculiar frente al agua de manantial o mineral natural, que no huelen a nada.

agua potable
El agua nos limpia por dentro y por fuera.

Las aguas para bebida se pueden dividir en dos grandes grupos. El primero está formado por las aguas potables de consumo público, que son aquellas pertenecientes a la red de abastecimiento público, el “agua del grifo”. El segundo engloba a las aguas envasadas, que son aquellas que podemos encontrar en el supermercado. Ambos tipos de aguas pueden obtenerse de manantiales subterráneos. A su vez, dentro de las aguas envasadas encontramos diferentes tipos:

–          Agua mineral natural: procede de yacimientos subterráneos protegidos y brota en forma de manantiales naturales o perforados por el hombre. Al ser envasada en su lugar de origen, preserva su pureza original al ser consumida y no se permite su desinfección o tratamiento químico. Dependiendo de su grado de mineralización pueden ser de mineralización muy débil (hasta 50 mg/l en forma de residuo seco), débil (menos de 500 mg/l) o fuerte (más de 1.500 mg/l). Estos datos y el resto de su composición deben estar indicados en la etiqueta del envase. Para mantener la salud del sistema renal se recomienda consumir agua de mineralización muy débil o débil.

–          Agua de manantial: es también de origen subterráneo. La diferencia fundamental con el agua minera natural radica en el agua de manantial no presenta un equilibrio mineral estable, motivo por el cual  no debe llevar la composición en la etiqueta del envase. Es posible que algunas de estas aguas requieran tratamiento físico o químico para separar los elementos o materiales inestables presentes en ella y que podrían resultar perjudiciales para la salud del consumidor.

–          El agua potable preparada suele proceder de una red de abastecimiento. Para poder ser embotellada y comercializada debe someterse a algún tipo de tratamiento que elimine la posible contaminación microbiológica. A este tipo de agua se le pueden añadir o quitar minerales según el equilibrio mineral que se desee conseguir.

Por otro lado y respecto a la composición del agua, encontramos aguas duras (contienen cantidades significativas de minerales disueltos, en especial sales de calcio y magnesio, suelen atravesar diferentes capas subterráneas que las van mineralizando, de ahí que dejen residuo al evaporarse, generan poca espuma al disolverse con agua) y aguas blandas (presentan poca cantidad de minerales y suelen proceder de zonas superficiales como mares, lagos, ríos, pozos…el caso extremo de este tipo de agua es la destilada, que no contiene ningún mineral y no es apta para el consumo humano). Conocer esta distinción entre aguas duras y blandas es útil para determinar el tiempo de cocción de los alimentos y para conocer la cantidad de detergente a utilizar al lavar a máquina.

Fuente: “Salud y Vida”. La Vanguardia 29/11/2011
Imagen: trendenciashombre.com

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