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Reduciendo el riesgo de muerte cardíaca repentina

La enfermedad cardíaca sigue siendo el primer asesino de los americanos con más de 500.000 muertes cada año. De ese número, cerca del 50 por ciento o 250.000 son por muerte cardíaca repentina. Ésto es cuando te agarras tu pecho y caes muerto en el piso. De esos 250.000, más de la mitad no tienen ningún antecedente familiar de la enfermedad cardíaca o colesterol elevado. Es como si un rayo golpeara a estas 125.000 personas. Eso es cuatro veces más que las muertes por cáncer de la próstata cada año y tres veces más que las muertes por cáncer de pecho sobre una base anual. Sin embargo, sabemos que la causa subyacente de la muerte cardiaca repentina son ritmos anormales del corazón. El corazón es un músculo sincronizado. Si los ritmos pierden sincronización, entonces el corazón simplemente para de latir y mueres.

Los nuevos datos que aparecen en la publicación de mayo de 2007 del Diario Americano de la Nutrición Clínica confirman que ingerir muchos ácidos grasos omega-3 reducen dramáticamente el tiempo entre las ondas eléctricas del corazón, reduciendo el ritmo cardíaco y también el riesgo de muerte cardiaca repentina. Otros estudios han indicado que si los niveles combinados totales de EPA y DHA en la sangre son 4 por ciento mayor que los ácidos grasos totales (según lo medido por la prueba de AA/EPA), entonces el riesgo de muerte cardiaca repentina se reduce en un 70 por ciento. Si deseas reducir la probabilidad de muerte repentina, entonces consume tu aceite de pescado. ¿Cuánto? Probablemente necesitarás hasta 5 gramos de EPA y DHA al día para conseguir que tus niveles de sangre se ubiquen sobre el umbral del 4 por ciento. Eso es mucho aceite de pescado, pero en vista de la alternativa (es decir, muerte cardiaca repentina) es una bonita póliza de seguro muy razonable a tomar en consideración.

Fuente: DrSears.com – Cutting the risk of sudden cardiac death

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