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Niños y Naturaleza

La idea de que la naturaleza cura no es nueva. Una investigación llevada a cabo en colegios españoles por José Antonio Corraliza , catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, ha demostrado que los niños que vivían y estudiaban en entornos naturales eran capaces de afrontar mejor las situaciones adversas. El estudio concluye afirmando que el contacto directo con elementos naturales tiene un «efecto amortiguador del estrés diario«.

juegos al natural
Juegos al Natural.

¿Cómo influye en los niños el contacto con la naturaleza?. Según el mismo autor, los trabajos y estudios que se han realizado sobre este tema «demuestran que la desconexión del mundo natural afecta a la salud física y mental de los niños. Tienden a ser más obesos y a mostrar más trastornos de hiperactividad. Por contra, el contacto directo con un entorno vivo y natural mejora el rendimiento cognitivo de los niños, les ayuda a olvidarse de sus problemas, a reflexionar, a sentirse libres y relajados y a disminuir los síntomas de los que sufren déficit de atención crónico.». Otros autores, como el neurocientífico Jaak Panksepp defiende que el sedentarismo y la falta de ejercicio espontáneo al aire libre intervienen en los crecientes trastornos de Déficit de Atención e Hiperactividad que se detectan en la infancia.

Sólo basta con observar a los niños de las grandes ciudades. Durante la semana algunos pueden correr y jugar un rato en el parque cercano a casa, pero otros muchos salen de la escuela para llegar a casa y ver la televisión o jugar a la videoconsola, pasando demasiado tiempo solos. Este hecho está directamente relacionado con  los déficits de conciliación entre vida laboral y familiar que aún son, por desgracia, generalizados en países como España. Según una escuesta de 2010, en España los niños de entre cuatro y doce años pasan unas 900 horas anuales de media frente al televisor, el ordenador o los videojuegos, equivalentes a 41 días seguidos. Esta especie de «arresto domiciliario» puede conducir al menor a un estado de «alienación»: vive en búnkeres tecnológicos que lo separan del entorno, refugios donde prima la seguridad pero que a la vez resultan limitadores para el crecimiento y salud mental y física de los niños.

¿Y qué podemos hacer?. Si no tenemos la suerte de poder vivir en plena naturaleza, lo lógico es intentar buscar tiempo de calidad para dedicar a los hijos y aprovechar los fines de semana para hacer alguna escapada al campo, a la montaña o a un paraje natural donde los niños puedan correr, explorar, tocar y oler todo lo que la Naturaleza nos ofrece.

Fuente: «Ciencia». El Mundo (22/11/2011).
Imagen: guioteca.com

Y para los que quieran conocer más: «Educar en verde. Ideas para acercar a niños y niñas a la naturaleza». Autora: Eike Freire. Editorial Graó.

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