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La Felicidad como Camino

La perfección no existe.  La felicidad es un estado, es el camino, no el resultado. Por nuestra actividad mental permanente  y por los patrones y modelos de funcionamiento actual estamos constantemente buscando la perfección en nuestras vidas: queremos un trabajo perfecto, una vivienda perfecta, una pareja perfecta, amigos  y familia perfectos. Tener un estupendo estado de salud y una vida llena de satisfacciones y comodidades. Y que todo ello dure para siempre. La mayoría de las veces (por no decir todas) el enfoque lo colocamos en el resultado y no en el proceso. Por eso, cuando nuestras expectativas no se cumplen, nos sentimos frustrados, tristes y desgraciados.  No obstante y si nos paramos a reflexionar un instante dentro de todos los instantes que tienen nuestras estresantes jornadas, quizá tomemos conciencia de que uno de los principales obstáculos es que nuestra mente identifica la felicidad con la perfección permanente y duradera. Debemos sentirnos muy afortunados de llegar a percibir esa conclusión, porque a partir de ese instante podremos empezar a cambiar nuestra vida.

La felicidad está en el instante. (Imagen: vivirsalud.com)

La aceptación es el primero de los pasos del camino. Aceptar que no somos perfectos en los distintos ámbitos de nuestra vida nos descarga de mucha presión interna. Pero esa aceptación debe ser auténtica, no sólo retórica: darse cuenta de ello implica, por ejemplo,  aflojar el ritmo de actividades y la exigencia personal,  porque somos conscientes de que no podemos llegar a todo y que si lo pretendemos ello puedo ir en detrimento de nuestra salud y bienestar. Aceptar que la Vida se construye cada día y que presenta rachas buenas y rachas malas es un pensamiento maduro y realista, que resulta básico para nuestra salud emocional y mental. Pensar y buscar la perfección constante en todo lo que nos rodea es un pensamiento infantil, que tiene como resultado la frustración cuando no llegamos a la meta prevista.

Saborear cada cosa que hacemos y sentimos es realmente complicado cuando estamos inmersos en un ritmo frenético desde que nos levantamos hasta que nos acostamos y en una sociedad que no ayuda a promover ese tipo de valores. Nos olvidamos mucho del “sentir” y vivimos con exceso de concentración en la mente. Es la mente la que nos  arrastra a pensar en el futuro, a tener la necesidad de controlarlo y supervisarlo todo, para así reducir la incertidumbre al mínimo. Pero la realidad es impepinable: el futuro no existe y la Vida es incertidumbre en estado puro. Es una idea simple de expresar pero difícil de interiorizar para las mentes pensantes. Y volvemos al inicio: la felicidad es un estado, es el momento, es el presente. Buscar la felicidad de forma prolongada y la perfección indefinida es una trampa de la mente, es una estrategia de defensa inconsciente que intenta paliar el miedo a lo desconocido, el miedo a no controlar. Lo importante es darse cuenta de nuestros patrones mentales y de nuestros pensamientos irracionales, para aprender a distraerlos y manejarlos hasta que desaprenderlos.  Y funciona. No hay que olvidar nunca que mientras estamos inmersos en pensamientos futuros, en problemas inexistentes y en angustias anticipatorias…la Vida pasa.  Y como bien dijo Oscar Wilde: “Esto no es un ensayo general, señores, esto es la Vida”.

2 pensamientos en “La Felicidad como Camino

  1. Núria

    Molt bé per començar el mes d’octubre. A veure si aquets mes aconegueixo assaborir més tots els instants i de pas adonar-me que no puc arribar a tot, sobretot si això implica deixar-hi la salut.

    Un article per emmarcar! Felicitats!

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