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El negocio de vitaminas cambió de la enfermedad al bienestar

El economista Paul Zane Pilzer, nos explica en su libro el El Próximo Trillón, cómo el negocio de las vitaminas cambió de la enfermedad al bienestar.

Hoy en día, uno de los más rápidos sectores de crecimiento de la industria del bienestar es el negocio de vitaminas y suplementos nutricionales. Pero hasta hace muy poco, este negocio estaba limitado casi por completo para el tratamiento de enfermedades.

naranja y limonEl escorbuto o deficiencia de vitamina C es uno de los más antiguos desordenes nutricionales conocidos y sus síntomas se registraron en la historia de las Cruzadas. Esta fue la causa mayor de incapacidad y mortalidad entre los marineros británicos hasta que el médico escosés James Lind notó que los holandeses utilizaban frutas cítricas para eliminar esta enfermedad. En 1795 el consumo de jugo de limón se convirtió en una obligación para todas las embarcaciones navales británicas, y todavía hasta nuestros días, a la gente que tiene ascendencia británica se les llama «limey».

A través de la historia se tienen notas sobre el raquitismo o deficiencia de vitamina D, que causaba deformidades en la estructura ósea, en especial en los niños. A principios del siglo XVIII, esta enfermedad se trató con aceite de hígado de bacalao y los rayos del sol.

El beriberi o deficiencia de vitamina B1, lo causa una eliminación no natural de esta vitamina del arroz procesado y otros granos. Literalmente, beriberi significa «extrema debilidad» en celandés y ha sido registrado en los países asiáticos desde que el arroz blanco refinado se convirtió en un producto principal hace más de mil años. En todos estos casos, los científicos reconocieron estas deficiencias nutricionales sólo cuando se manifestaron en terribles enfermedades.

En el siglo XX se descubrió que para mantener una buena salud existen 13 vitaminas esenciales que por lo general el cuerpo humano no puede fabricar. Más recientemente, se ha descubierto que estas mismas vitaminas pueden prevenir el desarrollo de enfermedades, hacernos sentir «más que bien» y hasta detener el proceso de envejecimiento en sí.

Ahora, casi el 50% de los norteamericanos toman algún tipo de suplementos nutricionales y las ventas de la industria por estos productos excede los 70 mil millones de dólares. Pero la industria de vitaminas y minerales sólo está rasguñando la superficie de lo que es posible, ya que apenas estamos empezando a entender la bioquímica que explica cómo trabajan las vitaminas, los minerales y demás suplementos.

Cuando se trata de comprender la forma en que funcionan nuestras células en un nivel molecular, nos encontramos donde la industria de la enfermedad se encontraba antes del siglo XIX, sabemos que muchos productos y servicios de bienestar nos sirven, pero aún no entendemos por completo por qué muchos de ellos lo hacen.

Fuente: Paul Zane Pilzer

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