Los niños pequeños son maestros a la hora de controlar su ingesta de comida, ya que sólo comen lo que necesitan. Por ejemplo, si los niños comen aperitivos durante toda la tarde, casi puedes asegurar que apenas tocarán la cena.
La mayoría de los adultos han perdido toda relación con sus signos de hambre y saciedad. Si es tu caso, define como te sientes a la hora de comer. Pregúntate si la comida es realmente lo que necesitas cuando comes por estrés o aburrimiento. En cambio, come cuando tengas hambre y detente cuando estés satisfecho. Si sigues practicando y practicando, lo harás cada vez mejor y mejor.
Vía | raisehealthyeaters.com
Imagen: traveling.lunas