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Aceite de Rosa de Mosqueta para las Cicatrices

La Rosa de Mosqueta es una planta silvestre de origen europeo que pertenece a la familia de las rosáceas y que crece en climas lluviosos y fríos. Es originaria de Europa Central, cultivándose principalmente en Polonia, Hungría, Rusia, los Balcanes, el altiplano andino chileno y el Cáucaso, aunque también se encuentra en la India y en África.

Aceite esencial de la rosa de mosqueta.

El aceite usado en cosmética se obtiene de las semillas que se encuentran dentro de los frutos rojos del arbusto de la rosa de mosqueta. Ese aceite es rico en ácidos grasos poliinsaturados, que son los que generan vida en la piel al actuar en la regulación de la elasticidad cutánea y el restablecimiento de la hidratación. Estos ácidos son componentes esenciales de las membranas celulares, otorgándoles elasticidad y permeabilidad, contribuyendo además a la formación de ceramidas, los lípidos más importantes que forman la barrera de la epidermis y que protegen a la piel de agresiones externas y de la oxidación. Dentro de esos ácidos grasos poliinsaturados destacan los ácidos cis-linoléico y alfa – linolénico.

La carencia de ácidos grasos esenciales en la piel provoca descamación, aspecto seco y pérdida de flexibilidad, perdiendo ésta, además, sus funciones protectoras. Esas lesiones ligadas a la carencia de ácidos grasos esenciales mejoran tras la aplicación continuada de aceite de rosa de mosqueta, al igual que lo hacen las manchas oscuras de la piel y las arrugas, aunque en estos casos habrá que ajustar la aplicación en función del tipo de piel del rostro (grasa – mixta – seca).

Esa función reparadora y regeneradora es lo que otorga al aceite de rosa de mosqueta una importante utilidad en los procesos de cicatrización de la piel, como por ejemplo, los producidos por una intervención quirúrgica. Una vez que las costras se hayan desprendido, se aconseja aplicar unas gotitas de este aceite en la zona cicatrizada para favorecer el restablecimiento de la piel e intentar que la cicatriz se vea lo menos posible. Se aplica con un ligero masaje circular de unos minutos, preferiblemente por la noche. Lo ideal es que apliquemos aceite puro 100% procedente de la agricultura ecológica, ya que en el mercado existen productos que se venden como “aceite de rosa de mosqueta” que incluyen un porcentaje mínimo del mismo y, en cambio, contienen otros ingredientes químicos en mayor medida (como los parabenes  las parafinas). El aceite puro es muy sensible una vez abierto y caduca a los tres meses.

Para los que quieran profundizar y conocer más propiedades del aceite de rosa de mosqueta, recomendamos el libro “Aceites del árbol de té y otros aliados de la piel: karité, rosa mosqueta, jojoba, monoï”. Laura Torres. Editorial Océano Ámbar, 2008.

Imagen: trucoscaseros.org

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